viernes, 1 de julio de 2011

Por la necesidad de abandonar las drogas

Hoy venía caminando y encontré la puerta de la Iglesia abierta. Me comentaron que ayudas a los que están sufriendo pero como yo no creo ni te conozco, tengo mis dudas que puedas hacer algo por mí. Vacilé en entrar pero hubo algo interior que me hizo dar algunos pasos. Y estoy aquí, sentado frente a tu cruz, sufriendo como tú y con la esperanza de encontrar consuelo.

¿que te puedo decir? La droga me ha consumido, me ha terminado y ya no tengo más ganas de vivir. No tiene sentido mi vida, es un desastre total. Estoy acabado. Ya no me salen ni lágrimas, estoy seco. No tengo nada porque llorar. Solo me ronda una idea por la cabeza y quise venir antes a verte para ver si encuentro alguna solución en este momento límite que estoy viviendo.

He destruído mi familia, no he visto más a mis hijos, soy una piltrafa que he echado todo a perder. Los amigos me han abandonado, no tengo a nadie quien me preste su hombro, los demás me rechazan y estoy completamente solo y deprimido. No tengo más ganas de vivir. He perdido el sentido de la vida, estoy abrumado y no tengo interés en salir adelante.

Los recuerdos, quizás algunos de ellos, muy hermosos que estaban dentro de mi corazón se han ido a otro lugar. Estaban cansados de no poder expresarse y brindar un rostro alegre de aquello tan cálido que hube de vivir en tiempos lejanos. Solamente una fría sensación de vacío impregna todo mi ser. No tengo presente, el futuro se me hace imposible y lamentablemente tampoco puedo mirar para atrás.

¿Que dices? ¿porqué me miras y hay tanto silencio entre tú y yo?

Escúchame por favor: No tengo voluntad ni fuerzas siquiera para dar un paso firme que me libere definitivamente de esta situación. Una sensación asfixiante de angustia golpea mi pecho que no tiene defensa. Mi cuerpo está derrotado, inerme y siente que no tiene remedio. Mis ojos ya no tienen humedad y ya no surten más lágrimas: mis afectos se han acabado. ¿me entiendes? ¿como puedo quererme? ¿es posible que le interese a alguien? ¿habrá alguna persona con un poquito de amor que pueda estar pensando en mí?

Cuando la droga entró en mí, nada era pesado, cada momento yo lo creía de intensa felicidad y la euforia era mi compañera. Amaba a todos, hablaba, cantaba, reía, construía proyectos que nunca se hacían, mis amigos estaban a la orden, nunca tenía problema con ellos, todo era tremendamente maravilloso. Pero el tiempo fue pasando, de a poquito y cada día necesitaba aumentar más y más las dosis para vivir lo mismo, aquello que en un principio lo experimentaba con poco. En un momento preciso, algo cambió en mí y ya no pude volver atrás. Nunca más.

¿Me escuchas? Mi persona empezaba a derrumbarse, ya no me interesaba la higiene, mis pensamientos eran un remolino de ideas y de colores sin ningún sentido, no concretaba absolutamente nada y mi único objetivo era quedarme tirado todo el día en una cama, solitario a veces o en compañía con otros fantasmas, cuyo espejo me devolvía la imagen lacerante y demacrada de mi rostro desfigurado. Dejé mi hogar. Les dije adiós una tarde lluviosa y caminé por la calle sin rumbo mirando la tierra, ya que los árboles me habían dado su espalda.

Estuve enfermo, me asistieron por lástima y en ese momento de dolor y tristeza, nadie estuvo a mi lado. Mis amigos de andanzas hicieron silencio y no hubo una mísera presencia. Necesitaba más droga pero no tenía dinero. La realidad incrementaba sus matices de negros y grises. Solo me quedaba una decisión!! Escapé y escapé. Nunca quise enfrentar el dolor y aproveché cada circunstancia para evadirme. Y ahora me encuentro aquí, pero tú sigues en silencio. ¿por qué no me dices nada? Te he contado todo, y necesito tu palabra, por favor, háblame!





Un día, hace muchísmo tiempo, iba por los caminos y alguién me gritó. Continué caminando y volví a escuchar ese grito que salía desde lo más profundo de un corazón herido.

Me detuve.

Sentí unas firmes palabras: Señor, ten piedad de mí! El corazón me latió intensamente y una fuerza irresistible de amor me hizo acercar a aquella persona. ¿que quieres que haga por tí? !le pregunté!

SANAME! me respondió.

Tus palabras volvieron a conmoverme y te pregunto: ¿quieres que haga lo mismo por tí? Si lo deseas, dime simplemente SI, abandónate en mis brazos para que sientas la dulzura y ternura de mi regazo. Estoy y estuve siempre contigo a pesar de tu olvido. Y este momento ya estaba marcado para que tú y yo nos encontráramos. Ya ha pasado todo. Nada ha quedado, todo está completamente perdonado y todo vuelve a comenzar. Dame tu mano y ven por aquí, cambia de una buena vez tu rumbo. Yo soy el verdadero camino! Mañana habrá un nuevo tesoro en tu corazón, guárdalo y defiéndelo. He venido para amarte en abundancia, porque el Padre me ha enviado para que en tí y por tí, resplandezca su eterno amor y misericordia.

Levántate pues. camina y mira el hermoso horizonte que tienes por delante. Yo le diré al Sol que de luz a tus pasos cada día y la claridad cubrirá las tinieblas que nunca más volverán a aparecer. Cree en lo imposible! Pon de tí lo mejor y lucha por esta oportunidad. Recuérdalo siempre: Mi Amor todo lo puede! Te seguiré cuidando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Apotegmas

La literatura del desierto es accesible gracias a las Sentencias de los Padres del Desierto llamados Apophtegmas, de final del siglo III, ...