viernes, 1 de julio de 2011

Quiero nacer Señor!!!

Señor, te hablo bajito para que no me escuche mi madre. Te quiero contar algo y por favor ayúdame cuanto antes. He sentido hablar a mamá y papá y decidieron que no nazca. Han discutido, han peleado con gritos muy fuertes porque no están muy de acuerdo, pero creo que ya han llegado a la decisión y van a matarme.

Ni te imaginas como me siento acá, solito, solito, desamparado totalmente y con una tristeza que embarga mi pequeño corazón. Por favor Señor, sálvame. Quiero vivir, quiero conocer la alegría de vivir la vida, quiero nacer!

Todavía no estoy definitivamente formado, pero estoy vivo. Ya tengo mi cuerpecito, pero está todavía desarrollándose, sabes. Me he dado cuenta que he empezado a sentir, pero lo más lindo es que he empezado también a pensar. Puedo percibir mis pequeños movimientos dentro de las entrañas de mi madre. Ayer ví mis manitos con sus deditos incipientes, los pies se me movían lentamente y el corazón latía y latía. Cuando mi madre se alimenta, es mi regocijo, cuando ella está tranquila disfruto la paz inmensa de la cálida agua que me rodea.

Pero cuando los escucho hablar sobre mí, me invade Señor, una soledad terrible y un temor lastimero incontrolable.

No sé bien lo que hay afuera, pero estoy ansioso de conocerlo. He escuchado muchas voces que hablan de cosas que todavía no entiendo. Algunas personas hablan de amor, de amistad, de proyectos, de trabajo, pero otras gritan, pelean, se vuelven agresivos y solitarios.

Dicen que hay guerras donde matan a la gente, donde dejan morir a las personas, donde sólo quieren disfrutar y disfrutar sin importarle quien está a su lado. Que dificil la vida, Señor!

Pero a pesar de todo lo que puedo estar imaginándome, quiero vivir! Permítelo Señor, así te puedo conocer más de cerca, crecer, ser alguien, quizás un profesor o un profesional. Quisiera jugar con los niños, disfrutar de mi niñez, soñar, aprender, trabajar, ayudar a los demás. He escuchado que tu eres muy bueno, por eso te llamé. Que tú eres amor incondicional y que siempre estás a la orden para ayudar a los más necesitados, a los que están en gran peligro como ahora estoy yo.

Dicen que hace mucho tiempo hiciste milagros ¿que será un milagro? ¿los podré conocer? que curabas a la gente con tu mano, que eras un gran Maestro y todos te querían, que enseñabas la forma para vivir con dignidad y que dabas un camino para que todos fuésemos salvados.

Pero lo que más me entristeció es que a tí te pasó lo mismo que me está pasando a mí. Te mataron injustamente en la cruz! Que dolor y que injusticia. Por eso te llamé, porque sólo tú y nadie más que tú, sabes y comprendes la soledad y el vacío del dolor de sentirse aunque sea por un momento abandonado en las puertas del abismo. Así estoy yo Señor. Pero dicen también, que tu Papá vino a salvarte en el momento de tu muerte, cuando más sólo estabas, El no te defraudó, porque he escuchado que tiene mucho Amor y misericordia. ¿me entiendes Señor? ¿a quién podría recurrir sino a tí?

Ayyyyyy, ahora pude respirar y estoy más tranquilo, pero temo las voces de mis padres y su decisión que pronto llevarán a cabo. Señor, seca mi llanto lo cual yo no puedo hacer. Pon tus manos bondadosas sobre mi cuerpecito, para que pueda vivir y no me maten. Sabes, presiento que mi mamá me quiere, pero está confundida. A pesar de todo, ella me sigue alimentando, a veces, pone su mano sobre mí y siento su calor y su sentimiento maternal. Y mi padre también me habla y esto me da esperanza, pero AHORA están decididos Señor, ven rápido, aýudame y sálvame. QUIERO VIVIR. Yo los quiero Señor y los quiero querer...


Mi pequeño, mi pequeño, todavía no tienes nombre pero te aseguro que ya está grabado con fuego en mi corazón. No temas. Vivirás!

Escucha y permanece tranquilo: Eres de los más preferidos de mi Padre y de ninguna manera permitirá que algo te suceda, porque lo único que sucederá es que vendrás a la vida en la alegría de las alegrías como el nacimiento silencioso de una flor. Tu inocencia y tu limpio corazón enternecen a mi Padre y Yo le rogaré a El y vendremos a tí y estaremos y viviremos en tí. Te ampararemos amorosamente, te cobijaremos con ternura y no te faltará leche y miel. Crecerás fortificado y la luz del cielo nunca te faltará.

Hace tiempo, Yo les hablaba a los grandes, a los adultos y les decía que si no se volvían como tú, no entrarían en mi Reino, un reino de paz, de amor y de felicidad. Confía, estamos contigo y además cuentas con tu otra Madre, la del cielo pero aquí en la tierra, mi Madre, la que me concibió con infinito Amor. Ella y más que ninguna hará lo mismo contigo. ¿que dices? ¿estás más tranquilo?

Ahora, espera en nuestro trabajo. Soplaremos un rocío resplandeciente, el del Espíritu, el que da vida, aquel que con su sombra cubrió a mi querida Madre para que Yo pudiera nacer. Tenlo por seguro: tus padres cambiarán de opinión. Sus corazones se volverán nuevamente al camino de la esperanza, al camino de la ansiosa espera, al camino del amor y de la vida, porque Yo soy el camino, la resurrección y la vida.

Duérmete mi niño, descansa, crece sanamente, te cuidaremos y cuando despiertes conocerás la inimaginable e indescriptible alegría de una nueva creación: serás tú mismo con un precioso nombre que ya está escrito para siempre en los cielos...y que tendrá su lugar, aquí en la tierra. Tus padres te estarán esperando. Vivirás!



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