martes, 31 de julio de 2012

Presencia

Señor, envía tu Espíritu: que nos santifique y haga de nosotros instrumentos dóciles al servicio de los demás. Cuando venga la duda y nos preguntemos ¿que es esto? sopla tu espirítu. Cuando estemos solos y nos falte la motivación suficiente para seguir perseverando, envía con fuerza tu espíritu. Cuando no tengamos voluntad de orar y el esfuerzo decaiga, sopla tu espíritu. En los días que no podemos estar contigo y el tiempo pasa sin que Tu pases por nosotros, abre la puerta y envía de la Sombra la dulce claridad y compañía de Aquel que realmente es espíritu y verdad. En los días que más quiero tu luz y no aparece la presencia de tu Amor, levántanos la mirada para esperar y gritar: ven espíritu santo, ven, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. En los momentos que me detenga y desatienda las llamadas de los demás, te pido Señor, que la luz y el susurro de tu Espíritu me despierten; concédeme pues, el hablar para que las emociones salgan puras y transparentes, y un mirar que haga visible la dulzura de tu Misericordia, de manera que pueda brindar un servicio cálido y desinteresado a quien lo necesite. Gracias por la estrella que está debajo de nuestro corazón, siempre a la sombra y llenando un espacio vital. Gracias por esa mujer de fuego que enciende la leña al soplo del que no tiene momento de llegada. Gracias por la Virgen, Señor, porque nos hace estremecer, orando en el Espíritu con su único deseo de que Tú y yo nos encontremos.

Apotegmas

La literatura del desierto es accesible gracias a las Sentencias de los Padres del Desierto llamados Apophtegmas, de final del siglo III, ...