martes, 31 de julio de 2012

Desesperación

Señor, para tí vivirá mi corazón y respirará mi alma. Tú me sanarás y me devolverás la vida, mi enfermedad se cambiará en salud. Tu has salvado mi alma de la fosa vacía; porque te echaste a la espalda todos mis pecados. (Is.38) Yavé te asegura: en el momento oportuno te atenderé. (Is.49) No tendrás que temer desgracia alguna, pues contigo está Yavé. No tengas ningún miedo, ni te tiemblen las manos. Yavé tu Dios, está en medio de tí como un héroe que salva, él saltará de gozo al verte a tí y te renovará su amor. (Sof.3) En la oscuridad, momentos a veces de desesperación y desasosiego, el Señor permanece con la vela bien prendida de su Espíritu, alumbrando allí para seguir caminando y creyendo aún contra toda esperanza. En la oscuridad, ruta temblorosa de miedos y ansiedades, el Señor permanece atento y nos da su mano para sentir su calma y cercanía. En la oscuridad espacio de nubarrones y tormentas, el Señor permanece y deja filtrar tenuemente un rayito de su Luz que permite avizorar un firmamento más radiante en la lontananza de la espera. En la oscuridad, tiempo imprevisto de duda e incerteza, el Señor permanece y se aproxima en un susurro: ten FE, nada es imposible. La oscuridad es sólo un costado de las cosas, gira simplemente y la misma se irá disipando y ya quedará atrás, porque delante está El con su corazón palpitante y sus brazos bien abiertos de ternura y de bondad. Te repetirá incansablemente: ¿QUE PUEDO HACER POR TI? Cree pues y confía plenamente en El! Llámalo!!! pequeños milagros harán que derrames quizás alguna gran lágrima...

Apotegmas

La literatura del desierto es accesible gracias a las Sentencias de los Padres del Desierto llamados Apophtegmas, de final del siglo III, ...